Diversidad y Cuidados. La feminización migratoria en la Defensa de los Derechos Laborales.

En la semana del #8M este texto de Lizzeth Mtz Ocaña, de SODEPAZ EUSKAL HERRIA, que pone encima de la mesa la feminización migratoria en la defensa de los derechos laborales, porque para celebrar el Día Internacional de la Mujer es imprescindible atender la diversidad y cuidados.

Quienes conformamos la red Zas! somos conscientes de que reivindicar la igualdad de género debe estar acompañado de la lucha antirracista mediante la sensibilización social para prevenir la discriminación y la xenofobia, que mejore la convivencia y aproveche el potencial de esta diversidad cultural. Diversidad que también implica, hablar de Cuidados, de naciones, de fronteras, de muros físicos e ideológicos, de duelos y procesos migratorios, de remesas económicas y sociales. Pero, sobre todo, implica hablar de una Ciudadanía Global, de integración, de políticas públicas y de un compromiso bidireccional político y social en el que todas, migrantes y autóctonas, podamos ser una sola voz.

El trabajo de la mujer siempre ha sido duro, pero es el empleo el que ha sido y es precario ¡y la vida es entonces precaria! El contexto de la pandemia no ha hecho más que evidenciar lo que desde hace años se viene denunciando, la vulnerabilidad a la que se enfrentan las trabajadoras de los cuidados que, en el caso de Euskadi recae en su mayoría en mujeres migrantes, cuya vulnerabilidad es aún mayor. Una buena parte de la sociedad da por sentado cuestiones tan básicas como los derechos laborales o aquello que deriva del derecho de extranjería, cuestiones que en la práctica la población migrante desconoce o ve violentadas abiertamente.

Migradas o no, todas sabemos que trabajo doméstico y cuidados se cruzan y se mezclan en una sociedad en la que el Estado decide mirar hacia otro lado y no cubrir o invisibilizar esas demandas. El sistema capitalista y patriarcal necesita de unas mujeres migrantes que cubran espacios tan sensibles como desvalorizados. Y no es casual. Es el mismo sistema que no ha reconocido de forma inequívoca el ámbito del cuidado como pieza clave de las políticas de bienestar, ni ha hecho generalmente un acercamiento a esta realidad desde las políticas de empleo. Introducir estos elementos en el debate es esencial para alcanzar, por fin, un marco regulatorio justo para todas, que dé respuesta a demandas y necesidades reales y legítimas, y que permita mirar al futuro desde otro lugar. Porque podemos repetir las llamadas a afrontar esos “nuevos” retos (digitales, ambientales o sociales) que todo el mundo señala como destapados por la pandemia. Pero no acertaremos ni en el diagnóstico, ni en consecuencia en las medidas necesarias, sin introducir una perspectiva feminista a ese sistema.

Vivir la diversidad de quienes cuidan

Es la única manera de avanzar en los cuidados