Día de las y los presos palestinos…Las y los presos luchan contra el encarcelamiento y el COVID-19
16 de Abril del 2020: El día de las y los presos palestinos, las y los presos luchan contra el encarcelamiento y el covid-19
Artículo original: 16 April 2020: Palestinian Prisoners’ Day…Prisoners Fight Imprisonment and Covid-19
16 de Abril de 2020
Día de las y los presos palestinos… Las y los presos luchan contra el encarcelamiento y el COVID-19
Al conmemorar el Día de las y los presos Palestinos este año, las personas presas y detenidas palestinas se enfrentan a la amenaza adicional de un brote de coronavirus (COVID-19) en las cárceles y centros de detención israelíes. Las autoridades de ocupación israelíes no han tomado medidas para liberar a las personas presas y detenidas palestinas o para mitigar y prevenir adecuadamente un brote de COVID-19 en las cárceles. En cambio, durante la pandemia han continuado las detenciones y arrestos arbitrarios masivos, un elemento básico de la prolongada ocupación militar de Israel y las violaciones generalizadas y sistemáticas de los derechos humanos contra el pueblo palestino. Según las estadísticas de Addameer, el número de persas y presos palestinos en prisioneros de la ocupación israelí alcanzó alrededor de 5000 presos y presas en Abril de 2020. Este número también incluía 432 personas detenidas administrativas, 41 mujeres detenidas, 7 miembros del PLC y 183 niños detenidos, entre ellos 20 menores de 16 años. .
Si bien las personas privadas de libertad en todo el mundo tienen más probabilidades de ser vulnerables a un brote de COVID-19 que la población en general, el COVID-19 presenta un peligro particularmente grave e inmediato para las y los presos y detenidos palestinos, que ya soportan condiciones de detención espantosas, que incluyen tortura y malos tratos sistemáticos, negligencia médica generalizada, hacinamiento, falta de ventilación adecuada y acceso a productos sanitarios, incluidos desinfectantes, mala alimentación y, en algunos casos, prohibición total de visitas familiares. Estas condiciones hacen que las cárceles israelíes sean un caldo de cultivo peligroso para el COVID-19 y agraven la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran las y los presos y detenidos palestinos, con cientos de personas detenidas que padecen enfermedades crónicas y que no reciben tratamiento. A pesar de la pandemia, las fuerzas de ocupación israelíes continúan arrestando a las y los palestinos de sus hogares en la ocupada Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, y los ponen inmediatamente en cuarentena. De hecho, desde el comienzo del estado de emergencia debido al COVID-19 en marzo, las fuerzas de ocupación israelíes arrestaron a 357 palestinos, incluidos 48 niños y 4 mujeres.
Personas Presas y detenidas palestinas aisladas del resto del mundo
A principios de Marzo de 2020, las fuerzas de ocupación israelíes aplicaron una serie de medidas de emergencia como respuesta al COVID-19. Por ejemplo, el 22 de Marzo del 2020, el comandante militar emitió una orden que detuvo todas las visitas de familiares y abogados de las y los presos palestinos, citando esta medida como una precaución del COVID-19. Además, las y los detenidos no son llevados ante los tribunales para sus audiencias, lo que significa que sus representantes legales no pueden comunicarse directamente y solo se les permite llamar por teléfono. En la actualidad, hay varias personas palestinas detenidas sometidas a interrogatorios, a quienes se les prohíbe las visitas de abogados y familiares, y solo se les permite llamadas telefónicas o videollamadas durante sus sesiones judiciales. Esto también se debe a la continua negativa del IPS a instalar teléfonos fijos dentro de las cárceles, lo que impide que las y los presos se comuniquen con sus familias. En esta situación, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) es la única entidad a quien se les permite la comunicación directa y las visitas a los prisioneros palestinos.
Además, el 24 de Marzo del 2020, el comandante emitió otra orden con respecto al “arresto de personas sospechosas a pesar de haber restricciones contra la realización de interrogatorios debido al COVID-19”. Según esta orden, el juez del tribunal militar puede extender la detención de cualquier detenido bajo interrogatorio a pesar de las restricciones contra eso, esto incluye el peligro que constituye para la salud de la persona detenida o de cualquier otra persona en el mismo centro.
Asimismo, el 5 de Abril del 2020, el comandante militar emitió una orden relativa a “realizar las sesiones del tribunal utilizando medios tecnológicos”. De acuerdo con esta orden, las sesiones deben llevarse a cabo utilizando un dispositivo que brinde una transmisión en vivo tanto visual como de audio, y si la transmisión visual no es posible, al menos proporcionar la de audio. Solo en casos específicos la persona detenida debe ser llevada físicamente al tribunal, es decir, solo cuando la sesión de audio o video constituya en daños para la o el detenido y a su expediente, aunque un persona detenida en aislamiento en “cuarentena” no puede asistir físicamente a su sesión judicial en cualquier circunstancia. Además, cuando la sesión se lleva a cabo por medios audiovisuales, el abogado y su detenido/a pueden comunicarse durante, antes o después de la sesión. Esta orden excluyó las sesiones que son para la extensión de los períodos de detención, en esas sesiones el/la abogado/a y / o la persona detenida pueden ser llevadas a la sesión ante el tribunal.
Por lo tanto, profundiza aún más las violaciones cometidas por Israel contra de los derechos de las y los palestinos a la libertad y la seguridad personales y a un juicio justo y rápido. Generalmente, las visitas de abogados y familiares se realizan por teléfono detrás de una barrera de vidrio, lo que significa que esas visitas en particular no presentan ningún peligro para los detenidos por la falta de contacto físico directo.
Presas y Presos Palestinos en medio de una pandemia que se propaga rápidamente
A pesar de la falta de acceso a la información sobre las condiciones de detención en todas las cárceles de ocupación israelíes, lo que están recibiendo las organizaciones demuestra la falta de atención a las y los presos palestinos. Las y los presos aún no pueden cubrir sus mínimas necesidades de higiene en un contexto tan delicado.
Las y los presos palestinos en las cárceles israelíes se enfrentan a pésimas condiciones de detención, que incluyen hacinamiento, condiciones insalubres, falta de ventilación adecuada y mala nutrición. Esto hace que las prisiones israelíes sean un caldo de cultivo peligroso para el COVID-19 y agravan la situación de vulnerabilidad de las y los presos palestinos. Particularmente, las y los presos han informado que IPS ha impuesto nuevas restricciones a las compras en el comedor de la prisión, y que no se les proporciona productos de higiene y sanitarios adecuados, lo que los pone aún más en el riesgo de una propagación descontrolada. Los agentes de IPS no están tomando las debidas precauciones, ya que aún realizan los registros diarios y el recuento diario de prisioneros, realizados por agentes que no usan de forma constante trajes especiales de protección, guantes protectores o mascarillas médicas. Recientemente, los agentes empezaron a usar guantes y mascarillas, pero aún de forma regular, también para los dos registros diarios que se cambiaron a uno desde el interior de las habitaciones y otro desde el exterior. Asimismo, la administración de la prisión proporcionó a las y los presos varias mascarillas faciales, sin embargo, no fueron suficientes para la sección. También, todos los traslados entre prisiones están suspendidos hasta nuevo aviso.
El estado de ocupación israelí de acuerdo con una serie de tratados y convenciones internacionales humanitarias y de derechos humanos está obligado a garantizar la protección de las y los presos palestinos. Sin embargo, el estado ocupante continúa violando las leyes internacionales e incluso sus propias leyes. Por ejemplo, el IPS todavía no está aplicando las decisiones del Tribunal Superior de Israel, particularmente lo que respecta a los espacios personales para las y los presos, en las cárceles israelíes es de tres metros cuadrados para cada preso/a, incluido el espacio en los baños, [1]1 lo que constituye una violación de las normas del IPS que establece que el espacio personal debe ser de seis metros cuadrados para cada recluso/a [2]2.
En 2017, el Tribunal Superior de Israel tomó una decisión después de que varias organizaciones israelíes presentaran una petición con respecto al espacio personal que tienen las y los presos dentro de las prisiones israelíes. La decisión obliga al estado ocupante de hacer cumplir la sentencia anterior sobre el espacio personal en las cárceles en dos etapas; la primera se concluirá en un período de nueve meses [3]3 y la segunda etapa se concluirá en un período de 18 meses [4]4. A pesar de que este período de tiempo fue suficiente para el estado ocupante, aun así, la Fiscalía General de Israel apeló solicitando un período más largo hasta 2027. El Tribunal Superior de Israel respondió a la fiscalía posponiendo el período para ampliar el espacio para cada preso/a cuatro metros y medio hasta 2020. La misma sentencia también incluyó las instalaciones y centros de para interrogatorios gestionados por la Agencia de Inteligencia de Israel, sin embargo, les otorgó un plazo mayor, en concreto, hasta 2021.
Hasta ahora, las autoridades de ocupación israelíes no han aplicado las decisiones en su totalidad, dejando a las y los presos palestinos en una situación de mayor peligro para contraer COVID-19.
No cesan los arrestos a pesar del COVID-19
Las fuerzas de ocupación israelíes continúan arrestando a las y los palestinos desde sus hogares en Cisjordania todos los días, quienes son colocados inmediatamente en celdas de aislamiento como cuarentena. Por ejemplo, el 19 de Marzo de 2020, las fuerzas de ocupación israelíes asaltaron el campamento de refugiados de Dheisheh y arrestaron a tres jóvenes. Las fuerzas de ocupación hicieron uso excesivo de la fuerza durante la redada, lo que provocó graves daños en las viviendas de esos tres detenidos. El daño alcanzó las puertas, paredes y enseres de las tres viviendas, además de aterrorizar a los vecinos. Uno de esos tres detenidos es Mustafa al-Hassant, quien había sido puesto en libertad el 20 de Febrero de 2020 después de pasar unos 20 meses bajo detención administrativa sin cargos ni juicio. Mustafa realizó una huelga de hambre en el verano de 2019 en protesta por su detención administrativa. Ahora, después de que lo pusieron en una celda de aislamiento durante 14 días como cuarentena, las autoridades de ocupación emitieron contra él una orden de detención administrativa de seis meses.
Otros casos que siguió Addameer incluyeron el caso del preso Ahmad Nassar, que es un estudiante universitario. Nassar fue detenido en su casa el 4 de Marzo de 2020 y trasladado al centro de interrogatorios de Petah Tikva, donde pasó 16 días siendo interrogado. Durante sus últimos días en el centro, y desde su celda escuchó a los guardias decir que había sospechas de tener a una persona con COVID-19 en el centro de interrogatorios. Luego se le proporcionó una mascarilla médica, por otro lado, los guardias vestían trajes de protección. Un día después, fue trasladado a celdas de aislamiento en la Clínica Penitenciaria de al-Ramleh, donde un día después se le informó que estaba en cuarentena y que permanecería en la Clínica Penitenciaria de al-Ramleh durante 14 días antes de ser trasladado a la prisión de Megiddo. Nassar informó que las condiciones de detención eran inadecuadas, particularmente en lo que respecta a la calidad y cantidad de las comidas proporcionadas. También informó que le tomaban la temperatura dos veces al día. Nassar, de hecho, solo pasó seis días en la Clínica de la Prisión de al-Ramleh, en su sexto día tuvo una sesión judicial y luego fue puesto en libertad el día siguiente.
Otro caso fue el del preso Qais Daraghmeh, que también es estudiante universitario. Qais fue arrestado en su casa el 24 de Febrero del 2020. Fue trasladado inmediatamente al centro de interrogatorios de Petah Tikva, donde pasó un total de 21 días en interrogatorios. En la última semana que pasó en el centro de interrogatorios estuvo en su celda y no interactuó con ningún guardia del centro. También pudo escuchar a los guardias hablar de sospechas de que uno de los interrogadores en el centro podría tener el coronavirus, aunque no se le informó oficialmente, pero después de cuatro días, le dieron guantes y mascarilla médica y luego lo transfirieron a aislamiento. En la Clínica Penitenciaria de al-Ramleh. Al día siguiente se le informó que estaba en cuarentena y que pasará ocho días en la Clínica Penitenciaria de al-Ramleh ya que su aislamiento ya había comenzado mientras se encontraba en el centro de interrogatorios de Al Petah Tikva. Qais informó que sus condiciones de detención en al-Ramleh eran inadecuadas, especialmente en lo que respecta a la calidad y cantidad de las comidas proporcionadas. También informó que le tomaban la temperatura corporal con regularidad. Después de ocho días, Qais fue trasladado a la prisión de Ofer, sección 14, y pasó allí seis días antes de ser trasladado nuevamente al aislamiento en la prisión de Ayala. Qais fue uno de los nueve presos que fueron trasladados a aislamiento como cuarentena después de una interacción directa con un preso palestino que permaneció en la misma sección de la prisión de Ofer y dio positivo por el coronavirus un día después de su liberación. En cuanto a Qais, solo pasó cuatro días en aislamiento en la prisión de Ayala, ya que en realidad fue puesto en libertad después de la sesión judicial. No se le hicieron exámenes médicos durante su tiempo en aislamiento.
1 [1] Ver Informe Anual de Violaciones de DDHH de Addameer 2018, 56 -57. http://www.addameer.org/sites/default/files/publications/for_webtqryr_lnthkt_lnhyy_lnjlyzy.pdf
2 [2] Ver: Association for Civic Rights in Israel, publicado en ingleś el 25 Febrero 2019 https://www.acri.org.il/post/__171
3 [3] Al final de este período cada presa/o debe tener un espacio personal de 3 metros sin incluir los baños.
4 [4] Al final de este período cada presa/o debe tener un espacio personal de 4 metros sin incluir los baños, y de 4,5 metros incluido el baño.
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